jueves, 26 de agosto de 2010

Dos argumentos ante un dictamen


NO vamos a entrar a discutir ninguno de los apartados del dictamen que, tan primorosa y minuciosamente, ha analizado el señor Lorea en su escrito del 14 de agosto en DIARIO DE NOTICIAS. Tampoco pretendemos dar continuidad a ningún debate y lo dejaremos aquí zanjado pues la asociación a la que alude (cuyo ideario de base, efectivamente, es defensor o, más bien, conservacionista del medio) habría votado a favor de él con alguna matización. De hecho, sólo desarrollaremos dos argumentos que fundamentan la razón de por qué no se va a hacer una mina a cielo abierto en el paraje de Antzeri, incluido en la ZEC Monte Alduide: El legal y el de salud.

Ni somos extremistas de la ecología y entendemos que debemos tener acceso a los recursos naturales que nos proporcionen el justo bienestar como habitantes del planeta. Ni estamos en el extremo de la depredación y la esquilmación de esos recursos que conducen a la destrucción del mismo. Como dice el dictamen: conseguir un equilibrio entre el medio ambiente y las políticas de desarrollo. De hecho, no estamos en el extremo de nada con el que algunos pretenden identificarnos.



Aconsejamos más imparcialidad al dar información. La Mancomunidad de Oiarmendi no persigue (ni podría) salvar 170 puestos de trabajo. Pero sí obtener una ganancia económica que saque a sus concejos del agujero que gestores anteriores provocaron. A costa de hipotecar el futuro de su población esquilmando un recurso en 20 años del que, si se conserva, se obtendrían muchos más beneficios económicos y puestos de trabajo más estables de los llamados ecológicos. Invitamos a este señor que estudie y profundice un poco sobre el tema. Representantes de intereses económicos, sociales, culturales y ecologistas de eminentes comunidades científicas, entre ellas la UPNA, apuestan por este tipo de trabajos que conducen al tan nombrado y famoso desarrollo sostenible y que serían los apropiados para desarrollar en una ZEC como Monte Alduide. Esto sí sería dar oportunidad al progreso. De hecho, se están utilizando los puestos de trabajo como un vil chantaje injustificado pues, en absoluto dependen de que se haga o no una mina a cielo abierto en Zilbeti. Pero vamos a los argumentos:



Legal: invito al señor Lorea a que nos indique, si conoce, algún precedente judicial que admita la realización de una cantera en una zona protegida por la Red Natura 2000 incluso después del dictamen que menciona (señalemos que un dictamen no es una directiva, una ley). Todas las sentencias conocidas han sido en contra. Si surge una figura de protección es por algo. La ley protege al ciudadano, ¿se imaginan que por intereses de algún poderoso que quiere deshacerse de alguien lo excluya de esta ley? Ningún ciudadano con conciencia lo permitiría. Ni por un puesto de trabajo. Y esa es una reivindicación de la asociación, mucho más importante que la medioambiental: hacer cumplir las leyes que los poderosos intentan cambiar a su antojo.



Las personas necesitan ser protegidas, por ley, de los malhechores y las ZEC necesitan ser protegidas, por ley, de las especulaciones de las grandes empresas que intentan destruirlas con canteras u otro tipo de agresiones. De ello deberían preocuparse las autoridades. Pero en este país hace falta crear asociaciones. Nos enumera también un sinfín de empleos alrededor de la industria extractiva. Diversos informes señalan que las poblaciones situadas dentro de espacios naturales protegidos del Estado español analizadas han invertido su tendencia demográfica y económica tras la declaración del ENP, comenzando a mantenerse o aumentar sus poblaciones y aumentando los niveles de ocupación y diversificación económica. Alrededor del parque de Doñana, probablemente con gestores más válidos que los nuestros, se han creado unos 500 puestos de trabajo entre directos e indirectos que por poco se van al traste por el proyecto minero de Aznalcollar, que también llegó al territorio andaluz prometiendo ríos de leche y miel y que al final nos ha costado mil millones de euros (muchos hospitales y colegios) enderezar el entuerto ocasionado, de triste recuerdo. ¿Multiplicamos por todas las zonas incluidas en la Red Natura Europea? Seguramente superan en número a los empleos de la otra actividad y son mucho más sanos para la salud humana y ambiental en general.



Salud: el artículo 43 de la Constitución reconoce el derecho constitucional de todos a la protección de la salud. Este proyecto vulnera este derecho. Una mina a cielo abierto está considerada como una actividad de grave riesgo para la salud humana por su capacidad de contaminación del medio (ruido, polvo, sustancias minerales y químicas en los acuíferos). En el proyecto de evaluación de impacto medioambiental ya observamos graves deficiencias que pueden poner en peligro la salud de los habitantes de la zona (tan importante como las reivindicaciones medioambientales). Proyecto (un documento de unos 1.000 folios) que, por cierto, ha sido publicado en el BON del 30 de julio de 2010 encajado perfectamente el plazo de alegaciones en el mes de agosto, periodo vacacional. Otra actuación más por parte de nuestros gobernantes que denotan una actuación de auténtica mala fe dirigida si no a cercenar, sí a impedir y obstaculizar al máximo las posibilidades reales de participación efectiva y con todas las garantías de los ciudadanos. Desde luego cuestiona bastante el principio de imparcialidad del Gobierno ante una iniciativa de promoción privada.


Otra afirmación cuestionable del señor Lorea. Esta asociación mantiene contactos con la población de Baztan y desde luego manifiestan de todo menos lamentaciones tras haber elegido progresar de diferente manera a la que él sugiere. Si sus gobernantes optasen, de nuevo, dejarse llevar por los cantos de sirena de Magna volverían a atarlos de nuevo al palo mayor de la embarcación. Estamos en el mismo barco, nuestras armas son las leyes y los argumentos razonados. Nuestro objetivo el bien común, no el beneficio de unos pocos.


Publicado como colaboración en Noticias de Navarra
Por María Angeles García Ruiz Portavoz de la Coordinadora Montre Alduide

viernes, 20 de agosto de 2010

Alegaciones a la cantera de Zilbeti (Monte Alduide)


Una petición urgente y necesaria.

El Gobierno de Navarra ha publicado el 30 de julio en el Boletín oficial navarro el proyecto de la cantera de Zilbeti para someterlo a alegaciones públicas. La elección de la fecha no es casual sino un auténtico acto de mala fe para obstaculizar la participación pública ante proyectos ilegales como el que aquí se quiere emprender. Nos dan 30 días (o sea el mes de agosto) para registrar lo documentos.



Rogamos que nos ayudéis cumplimentando el documento de alegaciones que aparece en el enlace y lo podéis enviar por correo electrónico a:



o a la Coordinadora Monte Alduide



También se puede imprimir y enviar por correo ordinario a:


Asociación Monte Alduide

Casa Lenko
C/ San Bartolomé s/n
Zilbeti (Valle de Erro)
CP 31639



SEO/BirdLife
Delegación de Euskadi
Edificio Ataria
Paseo de la Biosfera nº 4
01013 Vitoria – Gasteiz



Las alegaciones se pueden leer y llenar en el siguiente enlace:


ALEGACIONES Cantera de Zilbeti

Puedes imprimir las alegaciones y enviarlas por correo a las direcciones indicadas o bien nos envías tus datos y la autorización de firmarlas en tu nombre. Gracias.

lunes, 16 de agosto de 2010

Magnesitas de Navarra en Zubiri


Hice amistad con un ingeniero metalúrgico francés promotor de una empresa dedicada a la producción de acero al silicio en un País de los llamados “emergentes” de Latinoamérica. El buen hombre reconocía, en un arranque de sinceridad irrefrenable, que su Empresa estaba allí porque aquel territorio le permitía hacer cosas en materia medioambiental que en su País de origen ya eran impensables. La fábrica disponía de una generosa chimenea que utilizaba con persistencia y mi amigo afirmaba que realmente él se dedicaba a fabricar humo negro que regalaba generosamente al mundo y que el acero al silicio era un subproducto que a veces se vendía.



En un tiempo el desarrollo industrial europeo era así, como el negocio de mi amigo, pero afortunadamente estas situaciones se van superando. Estamos aprendiendo a fabricar productos de calidad, o alimentos cada vez más sanos, introduciendo en los análisis de costos las medidas compensatorias a los impactos ambientales. Antes lo que hacíamos tenía menos calidad y basábamos una buena parte del beneficio en echar en el cauce del río más próximo todo aquello que no se podía vender o que resultaba costoso tratar. Si a una Empresa se le requería para que no regalara a los demás lo que no quería para sí, intentaba demostrar lo inasumible del esfuerzo y añadía que peligraban los puestos de trabajo y eso en época de crisis es sagrado, la biodiversidad es algo accesorio. Hoy, afortunadamente, vemos cada vez con más frecuencia empresas que ocupan suelo industrial sin necesidad porque, por su inocuidad, podrían establecerse sin grandes problemas en los centros urbanos.



Pero no todo es así y un ejemplo claro lo tenemos aquí en Zubiri en donde cualquier peregrino del Camino de Santiago pasa bordeando la Empresa MAGNA que fabrica montañas de residuos contaminantes, insanos y rompedores del paisaje, aunque como subproducto obtienen algo que llaman magnesita y que dicen sirve para descontaminar suelos allende los mares.

 


Sabemos que de los profundos errores vienen los grandes remedios y quizás este principio es aplicable a la desgarrada Europa de las guerras que supo ver en sus ciudades y campiñas, rotas por la violencia intolerante, una vía hacia el respeto de las libertades con hábitos cada vez más conscientes de la necesidad de un desarrollo en armonía con la biodiversidad y el medio natural.



De aquí surgen los principales criterios de conservación que no por casualidad nacen de la preocupación por la recuperación de las especies más castigadas. Se fijan criterios muy estrictos para la definición de Areas de Importancia para las Aves (IBAs) que dan lugar a las Directivas europeas de Aves, Hábitats y a la creación de la Red Natura 2000 como urdimbre de Espacios Naturales Protegidos elegidos por albergar las poblaciones faunísticas y/o sociologías botánicas que debemos proteger a toda costa por estar abocados a su desaparición.

Navarra se apuntó pronto a este proyecto y hoy disponemos de un 24% del territorio al amparo de la legislación europea, estatal y autonómica. El Reino de Navarra ha perdido parte de la soberanía sobre sus territorios en beneficio de la aplicación de reglas de protección medioambiental común, decidida y aprobada de común acuerdo con todos nuestros socios europeos. Pero debemos reconocer que este esfuerzo, que no es gratuito, nos compromete a asumir nuestros compromisos de conservación.

La cantera que Magnesitas de Navarra S.A. quiere explotar junto a Zilbeti atenta contra todas estas reglas y no hace falta esforzarse mucho para ver que sus planteamientos, vendidos como respetuosos con los valores naturales, no se sostienen. Es más, ni siquiera son equilibradas sus bases financieras si se analiza este sector industrial, que ha buscado refugio en China como principal productor siguiendo los mismos principios que empujaron a mi amigo francés a buscar territorios comprensivos.

Pero todo lo que aquí expresamos no pasaría de ser una anécdota si no fuese por el soterrado apoyo del Gobierno de Navarra que utiliza su poder para acallar voluntades entre las administraciones locales y los medios de comunicación, prometiendo no la creación sino la consolidación de 12 puestos de trabajo que ejercerán su oficio detrás de los montones de desechos.

El Gobierno navarro redactó un Plan de Gestión para convertir el Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Monte Alduide en Zona de Especial Conservación (ZEC) y lo hizo sin presiones creando así el primer espacio protegido consolidado navarro de Red Natura 2000, protegido por la Ley de Patrimonio Natural 42/2007. El Plan de gestión redactado sin apremios de ningún tipo, señala las actividades tradicionales (Silvicultura, Ganadería, Caza…) que son compatibles con la conservación del territorio pero no contempla en absoluto la explotación minera a todas luces incompatible con el espíritu con el que se creó la ZEC Monte Alduide.


Prueba de la dejadez con la que la Administración Autonómica trata este asunto la podemos ver en el escaso interés por el funcionamiento del Comité de seguimiento (también llamado, Comité de Pilotaje) creado al amparo del Decreto Foral 105/2005 de 22 de agosto. Este Comité se crea para que formen parte de él representantes de las administraciones autonómicas y locales y “podrán formar parte del Comité un experto técnico con formación ambiental designado por las Entidades locales” (sic), pero no prevé la inclusión de Asociaciones de ciudadanos evidentemente más preocupadas por la conservación de Monte Alduide que el Gobierno de Navarra que protege con su silencio y la admisión a trámite, los proyectos e intereses de la Empresa propietaria de la explotación minera.

La Coordinadora Monte Alduide quiso estudiar las Actas del Comité de Seguimiento (o de Pilotaje) para ver como estaba encajando el proyecto de explotación a cielo abierto propuesto por la Empresa MAGNA y después de vencer las perezas administrativas ha conseguido acceder a la única Acta (la de Constitución) que refleja la escasa actividad del Comité en estos cinco años.


En un momento en donde el Gobierno de Navarra autorizó sondeos mineros exploratorios sobre este lugar protegido, a todas luces ilegales, y admite a trámite el proyecto minero totalmente incompatible con las actividades contempladas en el Plan de Gestión de Monte Alduide, el silencio cómplice del Comité de Seguimiento es algo más que significativo.

Ramón Elosegui